viernes, 2 de diciembre de 2016

Ancianos, Enseñanza, Corrección

         Si se compara el ministerio del anciano ante la congregación con una pieza musical, la reprensión y la reprimenda serían como una sola nota que armoniza en el conjunto. Esta nota está bien en su debido lugar. Pero imagínese una canción que solo contuviera esa nota, repetida una y otra vez. Pronto nos molestaría al oído. De modo similar, los ancianos cristianos intentan dar una enseñanza completa y variada. No la limitan a corregir problemas, sino que su tono general es positivo. Al igual que Jesucristo, los ancianos amorosos buscan primero lo bueno para dar encomio, no las faltas para criticar. Aprecian el trabajo arduo que hacen sus compañeros cristianos. (w97 1/8 pág. 18)

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