Como dos personas que viajan en el mismo automóvil, los amigos íntimos van por fuerza en la misma dirección y tienen el mismo destino. Así que, pregúntate: “¿Me lleva el camino de mi amigo a donde yo quiero ir? ¿Me ayudará a alcanzar mis metas y aspiraciones espirituales?”. (g05 22/7 pág. 21).
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